Desde que en 1934 el ex presidente Lázaro Cárdenas decidió mudar la casa del mandatario del Castillo de Chapultepec a al Rancho de la Hormiga en la zona del Molino del Rey, en medio del bosque de Chapultepec, la residencia se mantuvo como tal hasta el pasado 1 de diciembre de 2018.
El nombre de la “Hormiga” fue sustituido por “Los Pinos”. Varias fuentes aseguran que en recuerdo al huerto donde Lázaro Cárdenas conoció a su esposa Amália Solórzano en Acámbaro, Michoacán.
Los ex presidentes Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán también decidieron habitar la Residencia Oficial de los Pinos, siendo este último quien mandó a construir una casa de tipo francés mucho más grande que comenzaron a ocupar como vivienda y oficinas todos los presidentes que siguieron, y cada uno realizó modificaciones de acuerdo a sus necesidades.
El actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, ordenó la apertura de este espacio como un nuevo complejo cultural, por lo que los ciudadanos tenemos acceso a miles de hectáreas dentro del famoso bosque de Chapultepec que desde el siglo XIX se convirtieron en propiedad privada y muy pocas personas tenían el privilegio de conocer.
En lo personal recomiendo la visita a la otrora residencia presidencial, ya que muy independiente de la ostentosidad que emana de ese lugar, es un terreno lleno de arte y de historia y con el tiempo seguro se convertirá en uno de los complejos culturales más grandes, ya que el territorio que ocupaba la casa del presidente cuenta con 748 mil metros cuadrados, o el 10% del total del bosque de Chapultepec.
Y la verdad es que todo ese territorio “no lo tiene ni Trump” en su casa presidencial, ya que la Casa Blanca de Washington dispone de unos 72 mil 800 metros cuadrados.
¿Qué opinas de que Los Pinos se haya abierto como un espacio público para las artes y la ciencia?